Una nota para los padres cristianos
Freddie Johnson ©.
Mis seguidores saben que soy esposo, padre y pastor. De modo que todos infieren que soy una persona enfocada en la familia.
Una vez aclarado el asunto, prosigo con la intención que mueve este escrito.
El siglo XXI trae consigo una nueva cultura con nuevas tendencias y nuevas formas que de no ser atendidas adecuadamente, se confabulan hasta convertirse en un círculo vicioso.
Las generaciones anteriores de padres no tenían la visión de procurar que sus hijos estudiaran, bueno, ese era el estilo general por un sin número de razones socioeconómicas, que no voy a discutir en este articulo.
Si bien, los estudios por lo ya expresado, no era prioridad, los padres anteriores se esforzaban en dejar de manera endémica el valor del trabajo y la honestidad en sus hijos.
Desafortunadamente, hay un sector de padres e hijos denominados los “NI-NI”, por su lado los padres nini son lo que ni enseñan el valor del trabajo a sus hijos, ni enseñan el principio de la honestidad.
Por su lado, los hijos nini son los que ni trabajan, ni estudian.
Este síndrome (NINI), desata la violencia, la criminalidad y el atraso social, cultural y económico de los pueblos.
Si quieren una muestra fidedigna de esto, alargue sus pupilas y siéntese mejor para ver el siguiente cuadro escrito:
Asesinatos, sicariatos, incremento del narcotráfico, secuestros a diestra y siniestra, atracos a la luz del día, prostitución, degeneración, negocios relacionado con la emigración de indocumentados, desorden general, lideres generales preocupados, situación fuera de control, etc.
Cuando le hacemos una radiografía a un país como México, eso es lo que arroja. Cuando buscamos los agentes perpetradores y protagonistas de este cuadro, encontramos que son jóvenes menores de edad en su gran mayoría. El perfil básico de estos jóvenes es que son NINI, ni estudian ni trabaja.
La pregunta es la siguiente: Como llega un joven menor a ser NINI? La respuesta busquémosla en padres NINI, ni enseñan a sus hijos el valor del trabajo, ni enseñan a sus hijos el principio de la honestidad.
Círculo vicioso… ¿No?