Del archivo inédito del Pastor

Derribando un mito:

Los hombres, al igual que las mujeres lloran.

UNA REFLEXIÓN INSPIRADA EN LA CANTERA EMOCIONAL DE JESUCRISTO MOSTRADA ANTE LA TUMBA DE SU AMIGO LÁZARO Y DE APLICACIONES MODERNAS EN EL ÁREA LABORAL. 
FRAGMENTO DEL LIBRO INÉDITO REFLEXIONES PERFECTAS PARA ASISTENTES PERFECTOS.

No encuentro otra actividad que fortalezca mas nuestras emociones,

cristalice tanto nuestras almas y disipe mejor las amarguras, que llorar con dignidad.

Freddie Johnson C.

La Revelación:

Los pensamientos del capitulo anterior tenían como propósito llevarnos al reconocimiento de que además del salario, el trabajo nos aporta elementos místicos y emocionales. Están ahí y deben ser considerados como buenos, validos e importantes, si queremos vencer la mediocridad que nos asalta.

Al considerar el ministerio de Jesús y a propósito de emociones, tenemos que ver de cerca la historia relacionada con la muerte de Lázaro.

Lázaro junto a sus hermanas, Marta y María, eran de esas familias de importancia primordial en la vida de Jesús, ya que el se había ligado emocionalmente a ellos.

Jesús conoció a esta familia cuando invitado por Simón, un acaudalado hombre que sufría de lepra y perteneciente a la escuela de los fariseos, María, considerada por algunos de los biógrafos de Jesús como una mujer “pecadora”, irrumpió en su casa y sorpresivamente comenzó a derramar un caro perfume en los pies de Jesús, llorando y secando sus pies con sus cabellos, conquistando así el corazón del Maestro. (Leer: Mc 14:3; Lc7:38; Jn 11:2; 12:3)

María estuvo a los pies de Jesús, en varias ocasiones. Lejos de ser una asidua practicante del servilismo, ella había descubierto que se ligaba de esta manera al corazón del maestro y esta práctica se petrificaba en la vida sentimental de ella, teniendo uno de los privilegios mas singulares conocidos jamás, con relación a los amigos de Jesús, ella podía postrarse libremente a los pies del maestro sin ningún tapujo y sin ninguna aprensión.

Independientemente del área laboral o profesional que hayas escogido, encontrarás una cuerda que te atará al mundo de lo emocional, al mundo de lo sentimental y al mundo de lo sicológico, quieras o no.

De repente un buen día te encontrarás queriendo negarte el derecho de llorar y no podrás, porque las lágrimas aflorarán sin reparo y sin poder ser detenidas. La vida laboral es dura, de hecho, el trabajo es la consecuencia de una sentencia dada por Dios al hombre por haberle desobedecido.

Regresemos a la Historia que inspira esta reflexión.

Jesús había recibido el mensaje de que el que él amaba estaba enfermo, si bien él sabía que esta enfermedad no era para muerte, sino para la manifestación de la gloria de Dios, al enterarse de la muerte de Lázaro y al ver a María una vez mas a sus pies, se conmovió y la tristeza emergió sorpresivamente.

Pensarían los detractores del maestro que él estaba para consolar y para secar las lágrimas de los que eran afligidos por el dolor, opresión y la tristeza, no para compungirse y llorar.

Al igual que en este escenario histórico, hoy las personas han llegado a pervertir el principio de que somos emocionales y evitan llorar en público y mas si la escena que nos causa la tristeza se desarrolla en el área del trabajo, mas aun si tenemos algún tipo de incidencia en la organización.

La Biblia registra en esta historia su versículo más corto: “Jesús lloró”.

Si bien esta no fue la única vez que lo hizo, sí es la que denota un sufrimiento causado por aspectos externos y meramente humanos.

De igual modo como el aspecto del “paradigma militar” de dar ordenes al margen de la previa capacitación y delegación efectiva, también ésta vertiente de la “guardia vieja”, tiene que ser desestimada como parte integral de un buen LÍDER.

Ya no se necesitarán gerentes indolentes, insolentes e indiferentes, se necesitarán lideres con una humanidad definida en toda la extensión emocional y corpórea, a fin de dirigir a personas emocionales y presentes en sus cuerpos.

La presente generación y las por venir, son generaciones inmersas en crisis terribles de identidad y razón de ser.

Las personas que ocupan y ocuparán los puestos y las tareas que supervisamos y supervisaremos, son el resultado de hogares deshechos, sociedades aberrantes y perdidas en el espacio de la violencia física y sicológica, llenas de autopistas de terror y de miedos, consecuentes de valores invertidos y principios emergentes de manera retrógrada y disfuncional.

Para los fines, los supervisores del futuro, entonces, tendrán que ser individuos con dotes de humanidad, para poder entender y resolver los conflictos laborales, ya que muchos de ellos, tendrán su origen en las emociones de las personas.

Los líderes que obran los milagros, son los que descubren el lado humano en cada situación que les toca planificar y administrar.

En el ambiente laboral, tendremos, obligatoriamente, personas ligadas a nuestro corazón, esas personas recurrirán a nosotros como única posible solución de sus problemas, los problemas de estas personas, podrían ser situaciones enterradas ya por tanto tiempo en el seno de sus familias, que cuando tratemos de hacerlas emerger a fin de sanar o solucionar los conflictos, junto con el remover de la piedra, emergerá: la vergüenza, el odio, el rencor, la amargura, la mentira, la envidia, la maldición proferida, el desinterés de alguna de las partes, la oposición, las intenciones no reveladas, como emergió la podredumbre al mover la piedra de la tumba de lázaro.

De ahí, que los gerentes imponentes y deshumanizados, no encontrarán lugar para operar el milagro, serán los lideres emocionalmente equilibrados los que podrán traer la vida de vuelta a las familias y consecuentemente a las empresas.

En mis conferencias de inicio de día, cuando era gerente de restaurantes, a sabiendas de que nos esperaban 700 personas deseosas de café caliente y un par de huevos fritos con jamón, en menos de 7 minutos, les decía a mis amados colaboradores:

“Recuerden, estos hombres y mujeres de negocios, son humanos que al igual que nosotros, necesitan un “Buenos días”.

Si optaron por desayunar con nosotros y no en sus habitaciones, técnicamente preparadas para hacerlo, es porque necesitan nuestro saludo y nuestras sonrisas”-

Si bien tenemos una era tecnológica y científica, es esa era la que nos reclamará los “buenos días” en las mañanas administrativas y las “buenas tardes” en los ocasos sociales.

Aplicaciones Prácticas

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  Independientemente del área laboral o profesional que hayas escogido, encontrarás una cuerda que te atará al mundo de lo emocional.

• Los supervisores del futuro tendrán que ser individuos con dotes de humanidad, para poder entender y resolver los conflictos laborales, ya que muchos de ellos, tendrán su origen en las emociones de las personas.

• Los líderes que obran los milagros, son los que descubren el lado humano en cada situación que les toca planificar y administrar.